NAVIERA ARMAS

 

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Gasnam, la asociación ibérica para la movilidad sostenible, ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo grupo de trabajo sobre el hidrógeno, coordinado por la empresa de infraestructuras energéticas, Redexis, con el objetivo de fomentar la implantación del hidrógeno como combustible terrestre y marítimo, “enfocado a un modelo de transporte descarbonizado y libre de emisiones”.

Dicha asociación inauguró este nuevo grupo de trabajo el pasado día 10 de octubre, en un acto que contó con la participación de María Luz Peláez, jefa del área de desarrollo industrial sostenible del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Peláez explicó que, “el hidrógeno puede contribuir a que España alcance los objetivos europeos de reducción de CO2 puesto que permite la descarbonización de aquellos sectores obligados a reducir sus emisiones, como el transporte”.

Para Eugenia Sillero, secretaria general de Gasnam, “el gas natural vehicular y el hidrógeno tienen similitudes y sinergias en cuanto a su suministro, almacenamiento y uso en el vehículo, por lo que es imprescindible avanzar en esta transición energética juntamente con ambas tecnologías”.

El hidrógeno podría obtenerse mediante electrólisis del agua, por ejemplo, a partir del excedente de energía eléctrica renovable, con emisiones globales nulas. Según Gasnam, este hidrógeno puede inyectarse a través de los actuales gasoductos que conducen el gas natural para ser usado como combustible en los vehículos pr0pulsados por GNL o GNC que ya están disponibles en el mercado, informa Anave.

Otra aplicación del hidrógeno es la obtención de gas natural sintético aprovechando el excedente de CO2 de procesos industriales, aunque, en la actualidad, el hidrógeno en automoción tiene su principal aplicación a través de las pilas de combustible, que permiten generar electricidad en el propio vehículo de manera eficiente, fiable y con agua como única emisión.

Gasnam trabaja para fomentar el uso del gas natural en la movilidad, que, progresivamente, irá sustituyéndose por gases renovables, como el hidrógeno o el biometano, para conseguir en el futuro la descarbonización del transporte y mejorar la calidad del aire.