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La Asociación de Consignatarios y Estibadores de Buques de Las Palmas (ASOCELPA) quiere que se tengan en cuenta sus sugerencias en la modificación de la Ley de Ordenación del Transporte por Carretera de Canarias. Representantes de su Junta Directiva (Juan Carlos Núñez, Elena Vicente y Jaime Cabrera, en la foto) expusieron hoy sus puntos de vista al vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero de Obras Públicas y Transportes, Pablo Rodríguez, con el objetivo de que se tengan en consideración a la hora de tramitar la reforma de la citada norma.

ASOCELPA expresa su preocupación ante varias propuestas presentadas por "algunas organizaciones del sector del taxi" que se pretenden incorporar a la ley. Se hace referencia, en concreto, a temas como el de establecer un mínimo de nueve plazas a ocupar en los vehículos con capacidad de pasajeros superior a esa cuantía (microbuses), la canalización de la solicitud del servicio de recogida a través de centros de distribución y la fijación de un número determinado de servicios a prestar en las denominadas áreas sensibles, limitándose así, según los consignatarios, la cantidad de transfers a autorizar desde el puerto hasta el aeropuerto y viceversa.

Los consignatarios recuerdan al Gobierno de Canarias que son ellos los responsables de la seguridad de todos los desplazamientos de tripulaciones de sus clientes armadores, tanto ante la naviera como ante el Ministerio del Interior. Que las grandes compañías, sobre todo las navieras petrolíferas, exigen documentación expresa sobre las personas y los vehículos que transportan a sus empleados. Remarcan, además, que cuando llegan tripulantes de nacionalidades no incluidas en el acuerdo Schenghen, éstos son recogidos en el aeropuerto y trasladados a la Policía de Fronteras-Puerto, "con cuyo personal, nuestros taxistas han creado un vínculo de colaboración" directo para solventar eventualidades.

Desde ASOCELPA se quiere hacer ver al Gobierno lo que supone el traslado de tripulaciones a cualquier hora del día y a cualquier muelle donde se ubique su buque de destino con un taxista que no esté familiarizado con el puerto y con sus exigencias burocráticas, como la de conocer el sistema de prevención de riesgos de una terminal. Piden que este servicio de transporte lo realice directamente el taxista contratado por los consignatarios, profesionales aptos, por otra parte, para la comunicación en varios idiomas.

Por último, ASOCELPA pone como ejemplo que el importe de las carreras de las tripulaciones en taxi son abonadas por los consignatarios, a cuenta de la naviera, y que el taxista de una parada exigiría lógicamente el abono de dicha carrera al tripulante una vez finalizado el servicio "cuando, probablemente, éste no dispone de moneda europea". Además, se pone de manifiesto otro posible problema: en ocasiones, el armador pide al consignatario que entregue al tripulante documentación secreta para que éste la lleve al barco, "lo que a menudo se hace a través de un taxista de plena confianza".