NAVIERA ARMAS

 

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Clarksons Research ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento del transporte marítimo en toneladas, desde el 2,9% previsto en su informe de primavera, hasta un 1,7%, según acaba de publicar en el avance de su informe de otoño sobre el transporte marítimo, informa Anave. Este bajo crecimiento, el menor desde 2009, se debería al debilitamiento de las condiciones económicas y problemas como la guerra comercial y el colapso de la presa de Vale a principios de año en Brasil. La previsión de demanda en toneladas·milla se ha reducido en menor medida, del 2,9% al 2,2%.

Este consultor calificaba hace seis meses el estado de la economía mundial como “preocupante” y aconsejaba hacer un seguimiento cercano de las posibles caídas del mercado. Los acontecimientos desde entonces han aumentado la sensación de inquietud.

Aún así, y a pesar de una serie de “vientos económicos en contra”, el índice general de fletes de Clarksons, el ClarkSea, ha seguido una tendencia al alza a lo largo de este año, aumentando un 12% interanual (el año pasado, el aumento fue del 13%).

En el sector de los petroleros, los fletes han llegado a subir hasta un 75% en lo que va de año, si bien desde un nivel de partida muy bajo. Las previsiones de Clarksons, sin contar las recientes perturbaciones en Oriente Medio, sugieren mejoras subyacentes en los próximos doce meses, con las nuevas normas IMO 2020 y el aumento de los tráficos de larga distancia proporcionando un impulso a la demanda.

En el sector de los gases licuados del petróleo (GLP) también han mejorado los fletes en este año hasta un 60%, mientras que gas natural licuado (GNL) continúa su fase de fuerte expansión.

Para los graneleros, las dificultades de la primera mitad de este año han sido reemplazadas por un tercer trimestre con un mercado mucho más fuerte. Además, algunos factores, como la reactivación del suministro de mineral de hierro desde Brasil y el tiempo invertido en la instalación de scrubbers, pueden influir positivamente a corto plazo.

Las tarifas de fletes de portacontenedores han aumentado desde el inicio del año alrededor de un 13%, sobre todo en los tamaños más grandes, aunque parece que será complicado que estas tendencias continúen.

El mercado de los ro-ros ha retrocedido pero la inversión en cruceros continúa. En el sector offshore se ha visto aumentar marginalmente la actividad, la utilización y los fletes, pero las dificultades persisten.

Previsiones positivas para 2020

Las previsiones del informe de Clarksons para 2020 son más positivas, “pero habrá que vigilar la evolución”, aclara el consultor. El análisis de las implicaciones de la creciente guerra comercial sugiere que sus efectos sobre el sector serían manejables, dado que los nuevos aranceles afectan directamente solo a un 1,8% del transporte marítimo y están reduciendo la demanda en toneladas·milla un poco significativo 0,5%. Se prevé que el comercio de graneles sólidos crecerá un escaso 1,3% en 2019, el de petróleo un 0,8% (si bien un 2,9% en toneladas·milla) y el de contenedores un 2,5%. Las tendencias en el transporte marítimo de gas siguen siendo mucho más positivas (un 8% el GNL y un 5% el GLP).

Según Clarksons, la evolución de la oferta es "manejable", con un crecimiento de la flota previsto del 3,3% en 2019, solo un 2,0% en 2020 y una cartera de pedidos que representa únicamente el 9% de la flota. Las entregas se han estabilizado, con una previsión de unos 87 millones de toneladas de peso muerto (Mtpm) para 2019, aunque el reciclaje ha disminuido a 12 Mtpm en lo que va de año, frente a 31 Mtpm en todo el año 2018.

El tiempo de inactividad de los buques para la instalación de scrubbers está ayudando a reducir la capacidad de flota "activa", absorbiendo aproximadamente un 1% de ésta en el conjunto de este año, pero sobre todo en este segundo semestre y en los buques más grandes.

Los encargos de nuevas construcciones en lo que va de 2019 (35 Mtpm), han sido menores de lo esperado debido, según Clarksons, a los altos precios, la incertidumbre sobre la demanda, la nueva regulación y el impacto tecnológico. El GNL como combustible ahora está siempre presente en las negociaciones sobre los buques de mayor porte. La cartera de pedidos supone un total de 193 Mtpm con un valor de 223.000 millones de $, el más bajo en 15 años. Hay 122 astilleros con encargos de más de 20.000 tpm, bastante por debajo de los 158, en 2018, y casi un tercio de los 320 que tenían este tipo de encargos en 2009. Clarksons todavía espera una mayor consolidación de los astilleros.

La actividad de compraventa de buques ha bajado un 18% interanual, hasta los 47 Mtpm vendidos, con una tendencia al alza de los precios de los buques tanque, un ligero descenso de los de los graneleros y aparentemente mayores valoraciones para los buques ‘eco’. El panorama de la financiación de buques continúa evolucionando, con una mayor regulación y mayor atención a “clientes de nivel superior”. El lanzamiento en junio pasado de los llamados ‘Principios de Poseidón’ ha provocado una mayor atención de los bancos a la financiación de ‘buques verdes’.

En general, la regulación ambiental y la tecnología ‘verde’ ha comenzado a dominar la agenda del sector naviero, en concreto los objetivos de descarbonización. El límite de azufre de la OMI 2020 está ahora a tres meses vista y los cambios de combustible comenzarán antes. El número de buques con scrubbers instalados o bajo pedido roza ya los 4.000 buques y se espera que la proporción de tonelaje equipado con dicha tecnología alcance el 15% para fines de 2020. Además del tiempo de instalación del scrubber, pueden impulsar los fletes otros factores tales como la reducción de velocidad (los portacontenedores la han reducido en un 2% en lo que va de año), el reciclaje y el aumento de la distancia media en el comercio de petróleo. Los combustibles alternativos están ganando tracción, principalmente el GNL (17% del tonelaje de nueva construcción) pero también el GLP. La inversión en digitalización y tecnología continúa.

En general, concluye Clarksons, los mercados de transporte marítimo parecen seguir avanzando, a pesar de un menor crecimiento de la demanda. El aumento limitado de la flota global y los "comodines" de las normas OMI 2020 ya están teniendo un impacto positivo, y pueden brindar más apoyo el próximo año. Sin embargo, con el aumento de las complicaciones económicas mundiales, el riesgo de nuevas rebajas de la demanda se debe seguir muy de cerca.