FERIA CANARIA ME GUSTA

 

NAVIERA ARMAS

 

lo

Científicos de los Centros Oceanográficos de Baleares y Gijón del IEO y de la Universidad de Oviedo han publicado recientemente un estudio en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans, en el que evalúan en detalle cómo han cambiado las características de las aguas profundas del Mediterráneo occidental entre 2005 y 2017 tras el evento ocurrido en el invierno de 2005 que provocó una serie de cambios drásticos en sus capas profundas. El trabajo analiza el papel que ha jugado en su evolución las sucesivas renovaciones de aguas profundas y la mezcla de sus propiedades con otras masas de agua presentes en la cuenca.

Durante el severo invierno del 2005 se produjeron cinco episodios de entrada de vientos de procedencia ártica y siberiana con importantes nevadas en todo el Mediterráneo Occidental y los científicos del IEO detectaron la aparición de una anomalía en la temperatura y salinidad de las aguas profundas de esta zona. La producción excepcional de aguas profundas con temperaturas y salinidades infrecuentes indujo una serie de cambios drásticos en las capas profundas del Mediterráneo occidental. Este evento fue el comienzo de un periodo con nombre propio - la Transición del Mediterráneo Occidental (WMT por sus siglas en inglés) - que dio lugar a importantes cambios en toda la cuenca mediterránea. Su evolución ha sido estudiada hasta el día de hoy gracias a los programas de observación oceánica del Instituto Español de Oceanografía.

Los resultados del estudio muestran que las aguas profundas del Mediterráneo occidental en 2017 eran sustancialmente más calientes, saladas y densas que las anteriores a 2005, principalmente a causa de las formadas entre 2005 y 2006 y posteriormente entre 2011 y 2013, que inyectaron una gran cantidad de calor y sal a las capas profundas de la cuenca. En el periodo analizado, las aguas presentes en profundidades abisales sufrieron un calentamiento y salinificación considerables, registrando un aumento de temperatura y de salinidad de 0.059°C y 0.021, respectivamente.

Estas aguas se forman en determinados años en el noroeste de la cuenca durante los meses de invierno. En esta época del año, la acción intermitente de los vientos continentales de componente norte en el Golfo de León enfría las capas superficiales del mar a la vez que aumenta la evaporación, y por tanto la salinidad, haciendo que se vuelvan más densas. Cuando esas capas superficiales se hacen suficientemente densas se hunden hasta el fondo de la cuenca. Éste es el principal mecanismo de renovación y ventilación de las aguas presentes en las partes más profundas del Mediterráneo occidental.

Para el océano global, el Mediterráneo es una fuente continua de agua salina y cálida que juega un papel importante en los procesos de formación de agua profunda en el Atlántico norte y, por tanto, en el inicio de la circulación global del océano. El agua profunda del Mediterráneo occidental contribuye a las características de esta agua que abandona la cuenca a través del Estrecho de Gibraltar, por lo que este tipo de estudios y los sistemas de observación que los sustentan son importantes para evaluar la transferencia de calor hacia el océano profundo global.