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NAVIERA ARMAS

 

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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a través de la Concejalía de Ciudad de Mar, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico han ratificado la continuidad del convenio de colaboración para apoyar la realización de trabajos de  investigación académicos en las playas de Las Canteras y El Confital.

El concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, confirmó a los miembros de la Microárea Ecoturística de Las Canteras, que se celebró en la tarde de ayer en el Club Victoria, la ampliación de esta colaboración iniciada en 2020. Ayuntamiento, Universidad y Parque Tecnológico destinan 150.000 euros, al 50%, y el potencial investigador de la comunidad universitaria. 

Ramírez apuntó que “es una apuesta necesaria. Se trata de invertir en ciencia, en conocimiento porque como gestores públicos necesitamos datos empíricos que nos guíen en el proceso de toma de decisiones eficientes y sostenibles en el principal espacio paisajístico, natural, social y económico de Las Palmas de Gran Canaria”.

En este sentido, el convenio establece que los grupos de investigación trabajen de manera coordinada e interrelacionada para poder cruzar datos sobre diferentes variables que afectan directamente a este espacio litoral de la capital grancanaria.

Los investigadores ya han avanzado en diferentes estudios: sobre la presión humana durante la Noche de San Juan, el estado del ecosistema de la playa durante el confinamiento por la COVID – 19 y su evolución posterior, el desarrollo de un cuadro de mando que analice la capacidad de carga turística de Las Canteras. Además se está trabajando en un sistema de modelización de la dispersión de contaminantes en el agua y en el aire, utilizando modelos matemáticos y cálculos computacionales  y en el análisis continuo de las opiniones que se publican en las redes sociales, sobre todo en twitter. 

La catedrática y coordinadora del proyecto M. Emma Pérez-Chacón explicó que “el método científico necesita tiempo, un tiempo que muchas veces no coincide con la exigencia de la sociedad que quiere obtener  resultados de manera rápida. En cualquier caso ya contamos con datos preliminares muy interesantes que nos permite seguir trabajando”. 

Los investigadores con la colaboración de la Biblioteca de la universidad trabajan en la publicación de un repositorio bibliográfico abierto para que los investigadores, los gestores públicos y la sociedad tengan acceso a todos los estudios que se desarrollan dentro del convenio.

En los próximos meses se continuará un cuadro de mando para hacer el seguimiento de la capacidad de carga en el sector submareal, una iniciativa novedosa ya que hasta ahora todos los estudios en playas se han centrado en la presión humana en la arena; en la ampliación de los estudios de impacto potencial de los microplásticos y en estudios sobre el perfil de consumo de energía y eficiencia energética en el entorno de la playa.

Uno de los estudios más avanzados aunque requieren un seguimiento durante el próximo año es la estructura de las comunidades microbianas marinas como indicador de la calidad del agua. En este sentido, desde abril de 2020, en pleno confinamiento, los investigadores realizan la monitorización de las comunidades microplanctónicas, fitoplancton, bacterias y cianobacterias; así como de varios parámetros ambientales, entre ellos el carbono orgánico total, el nitrógeno orgánico total y nutriente inorgánicos. También se estudia la presencia en Las Canteras de compuestos químicos presentes en protectores solares y otros productos de cuidado personal que habitualmente se utiliza en la playa. 

El convenio establece la celebración de acciones de divulgación de los trabajos y resultados y jornadas de difusión. Entre las acciones realizadas se encuentra y un taller orientado a docentes de secundaria y a personas con discapacidad visual. “Es tan importante investigar como comunicar a la sociedad los resultados de nuestro trabajo”, apuntó M. Emma Pérez Chacón.

La Bahía del Confital comprende una superficie de 634,27 hectáreas, un espacio declarado, desde septiembre de 2011, como Zona Especial de Conservación (ZEC), figura contenida en la Red Natura 2000 cuya finalidad es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los hábitats naturales más amenazados de Europa.