El codiciado solar que aún queda por explotar en el dique Reina Sofía del Puerto de Las Palmas ha acabado en manos de los jueces. Las compañías Gramelcan e Hidramar consideran vulnerados sus intereses y han decidido presentar sendos recursos contencioso-administrativos ante la Administración de Justicia contra la decisión del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de conceder su explotación a la UTE formada por Hamilton y Tecnavin.
El espacio en cuestión venía siendo explotado por Gramelcan como centro de recepción de graneles sólidos. Esta empresa ya había solicitado en su día la modificación del objeto de su concesión, ante la recesión del sector de la construcción, pero la Autoridad Portuaria rechazó dicha petición y convocó un concurso para el otorgamiento de concesión demanial sobre eses espacio de más de 8 mil metros cuadrados. La propuesta de la Autoridad Portuaria es la de dedicar esa zona del dique Reina Sofía a la instalación de una planta de reparaciones navales y terminal polivalente que incluya graneles sólidos no alimentarios, pero no contenedores.
El concurso fue adjudicado en marzo a Hamilton-Tecnavin. Se consideró ventajosa su propuesta desde el punto de vista técnico y económico frente a las presentadas por otras empresas como Gramelcan, Hidramar, Astilleros de Santander o La Luz Market. Gramelcan presentó recurso contra dicha decisión, pero finalmente el Consejo de Administración, en su reunión de mayo, desestimó dicho recurso.
Agotada la vía administrativa, Gramelcan e Hidramar siguen adelante con sus reclamaciones en defensa de sus derechos e intereses y exigen ahora una solución judicial a este nuevo contencioso por hacerse con un espacio estratégico en el Puerto de Las Palmas.
Gramelcan, además, ha presentado otro recurso en la fase de información pública del proyecto presentado por Hamilton-Tecnavin.

