NAVIERA ARMAS

 

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La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Aguas, instalará en los próximos días una tercera desaladora en el entorno de Puerto Naos para garantizar el agua de mantenimiento necesaria para las fincas afectadas por la erupción volcánica de La Palma.

El consejero regional responsable del Área, José Antonio Valbuena, avanzó que esta nueva infraestructura llegará este fin de semana a la isla y garantizará el suministro necesario para poder prescindir del buque cisterna ‘Tomasso S’, cedido por el Estado, el cual abandonará las aguas canarias en las próximas horas. El Ejecutivo regional ha habilitado las reservas de agua necesarias para que no existan problemas de abastecimiento hasta que la nueva desaladora esté en funcionamiento.

“Con las soluciones actuales se garantizan unos 6.000 metros cúbicos de agua, pero con esta nueva desaladora incrementaremos su caudal hasta llegar a los 8.000 m3”, añadió el consejero, quien también subrayó que su capacidad puede llegar hasta los 12.000 metros cúbicos si fuese necesario.

Por su parte, el director general de Aguas autonómico, Víctor Navarro, reiteró que estas desaladoras siguen siendo una solución provisional y de emergencia para garantizar el mantenimiento de las fincas afectadas. “La solución definitiva pasa por la restitución de las canalizaciones afectadas por la lava, algo en lo que ya se encuentran trabajando el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Cabildo de La Palma, en colaboración con el Gobierno regional”.

Navarro explicó que, desde el pasado mes de noviembre, cuando se articuló esta alternativa en medio de la erupción, se han generado más de 500.000 metros cúbicos de agua entre las distintas soluciones aportadas por todas las administraciones implicadas. A este respecto, el director general quiso poner en valor una vez más el gran trabajo de todas las personas implicadas en esta instalación provisional, teniendo en cuenta las difíciles condiciones que se han encontrado para poder realizar sus labores durante y tras la erupción volcánica.