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La guerra en Ucrania, las crisis con las tripulaciones, las congestiones portuarias y los incidentes desarrollados en buques cada vez más grandes y los objetivos de descarbonización cercanos son algunos de los más relevantes. El  Safety & Shipping Review 2022 de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) informa de ello.

Las pérdidas totales del sector marítimo están en mínimos históricos: entre 50 y 75 al año en los últimos cuatro años, frente a las más de 200 de los años 90. Y, teniendo en cuenta que la industria marítima internacional es responsable del transporte de alrededor del 90% del comercio mundial, la seguridad de los buques es primordial. Este auge está quedando empañado por unas amenazas y riesgos que no podían augurar.

El estudio anual de AGCS examina las pérdidas y siniestros marítimos. La comparativa dictamina que en 2021 se registraron 54 pérdidas totales de buques en todo el mundo, frente a las 65 del año anterior. Significa un descenso del 57% en 10 años.

El total de pérdidas de 2021 es más impresionante si se tienen en cuenta la cantidad total de buques en la flota mundial, cerca del doble.

La región marítima del sur de China, Indochina, Indonesia y Filipinas es el principal hotspot de pérdidas a nivel mundial, con uno de cada cinco siniestros a partir de 2021. Los factores que intervienen para ello son los altos niveles de comercio, el atasco den los puertos, flotas antiguas y el clima extremo al que se llega.

A nivel mundial, los buques de carga representan la mitad de los buques perdidos en el último año. Los naufragios (hundimiento/sumersión) fueron la principal causa de pérdidas totales durante el año pasado: un 60%.

Ucrania

El sector marítimo se ha visto afectado de varias formas por la invasión rusa en Ucrania. Esto ha hecho que, principalmente, se pierdan tanto vidas como barcos en el Mar Negro. También ha supuesto la interrupción del comercio y un aumento de las sanciones contra todo tipo de buques. Existen amenazas en las operaciones diarias en esas aguas y existen efectos colaterales para la tripulación, el coste y la disponibilidad del combustible mayormente.

El sector marítimo tiene escasez en la actualidad. Lo primero, de marineros, derivado de este conflicto. La tripulación de barco rusa representa más de un 10% del total de los trabajadores. Es decir, casi 2 millones de marineros. Y no solo eso, sino que el 4% son ucranianos.

 No se pueden preveer las consecuencias a largo plazo del conflicto, pero se cree que podrían llegar a reconfigurar el comercio mundial de energía. Las prohibiciones y sanciones actuales que afectan a la disponibilidad supongan otras alternativas que puede que se establezcan como las principales con el tiempo. La prohibición del petróleo ruso está teniendo conscuencias a día de hoy. Y, las alternativas no son todo lo seguras que deberían. Esto influye, a la fuerza, en la maquinaria y los siniestros futuros.

La digitalización del sector marítimo, aunque es necesaria y proporciona múltiples beneficios, en mitad de un conflicto como este, supone un riesgo cibernético. Por ejemplo, a niveles de interferencia con GPS, Interferencias electrónicas y suplantaciones en el AIS.

Los seguros tendrán que afrontar los reclamos de las pólizas de guerra si se acercan a las zonas del conflicto. Además de actuar en los casos de no cumplir con las sanciones impuestas por los países contra Rusia.

Incendios 

Los buques de gran tamaño están teniendo problemas para afrontar incidentes de todo tipo, pero, en especial, los incendios están siendo devastadores y preocupa. En los últimos cinco años se han producido más de 70 incendios en buques portacontenedores, según el informe. Tras un análisis, se ha determinado que los incendios tienen como punto de inicio los contenedores. Y, lo que es más preocupante, son los numerosos casos que son derivados de la nula declaración de que se porta carga peligrosa. Se consideran como tal los productos químicos y las baterías. La rápida propagación y la peligrosidad hace que la tripulación abandone el buque y se descontrole por completo.

Las bodegas de carga son otro punto en el que se inician. En este caso suele ser por fallos eléctricos. Cada vez son más los vehículos eléctricos que se transportan a nivel marítimo con el riesgo que ello conlleva.

 Ante los incidentes, los buques de grandes dimensiones deben buscar un puerto seguro o llamar a un equipo de emergencias para que les atienda. Esto implica servicios auxiliares a grande escala como son grúas, remolcadores e infraestructura portuaria de emergencia.

Para entender la gravedad de los incidentes podemos hablar del X-Press Pearl. Este buque se hundió tras sufrir un incendio. Hasta dos puertos no pudieron ayudar a descargar lo que portada: una carga de ácido nítrico con fugas. La pérdida fue total.

Un hecho similar ocurrió con el Golden Ray. Una operación de salvaje del buque que volcó en Estados Unidos en 2019, duró casi dos años y costó más de 800 millones de dólares. Tanto si las pérdidas son totales como si se realiza una operación, los costes que se producen son muy elevados.

Tripulaciones

Durante la pandemia ocurrieron menos siniestros debido al parón mundial, pero, fueron muchas las vidas que se perdieron y, tras vivir dicho evento, son muchos los marineros que están abandonando el sector. La moral baja de los que quedan y las presiones empresariales hacen que se contabilice con un 75% los incidentes por error humano en el sector del transporte marítimo.

Tras la pandemia ha surgido un aumento de la necesidad de transporte marítimo, pero esto, lejos de ser positivo, está creando problemas. Existe una falta de capacidad de los portacontenedores para tanta demanda y se están usando otro tipo de buques para ello, con los riesgos que conlleva. Además de eso, se están empleando buques de carga antiguos alargando su vida útil, lo que supone más riesgos de incidentes y averías. Aquellos de 15 a 25 años son los más propensos debido a la corrosión y fallos eléctricos de los sistemas. El informe establece que la edad media de los buques siniestrados es de 28 años.

Congestión

Se ha dado predominantemente en zona asiática y por dos factores: la alta demanda y la invasión en Ucrania. La carga y descarga de buques es una operación arriesgada que no debe realizarse apresuradamente. Los pequeños errores pueden derivar en una gran cadena de errores con grandes consecuencias. Cuando los puertos están muy concurridos se carece de espacio para maniobrar correctamente. Además, se le suma la falta de mano de obra, que incide directamente en caso de problemas.

Sostenibilidad

El sector marítimo, en general, está enfrentando el reto de usar energías sostenibles, verdes y renovables. Para ello, debe hacer una transición energética que deje atrás el carbón. Primeramente, se están disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el transporte marítimo es responsable de un gran porcentaje de ellas. Alrededor del 10% entre el periodo de 2012 y 2018.

La descarbonización completa exigirá inversiones. Por ejemplo, se está cambiando a gas natural licuado, pero se barajan otros como el amoníaco, hidrógeno y metanol. También la propulsión eléctrica. La transición es un cambio, y dicho cambio requiere pruebas y dará lugar a errores y siniestros hasta que se tenga una total adaptación en el ámbito de maquinaria y tripulación por igual.