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El Comité de Seguridad Marítima (MSC) de la Organización Marítima Internacional (OMI) aprobó a finales del pasado mes de abril unas directrices de seguridad provisionales para los buques con sistemas de energía alimentados por pilas de combustible a bordo. 

El objetivo de estas directrices es proporcionar criterios para el uso e instalación de sistemas de celdas de combustible para el suministro de energía en los buques. Dichos sistemas deben acreditar un nivel de seguridad comparable a las instalaciones que usen combustibles convencionales, independientemente del tipo de la pila y el combustible utilizado. Además, este combustible para la pila quedará sujeto a la aplicación de otras normas y reglas (como por ejemplo el código IGF).

Estas directrices se aprueban después de diez años de discusiones para desarrollar un marco destinado a “garantizar el suministro seguro de energía eléctrica y/o térmica mediante el uso de tecnología de celdas de combustible”, que culminaron a mediados de septiembre del año pasado, con un acuerdo del Subcomité de Transporte de Cargas y Contenedores de la OMI.

Una pila de combustible funciona como una batería pero que no se agota, siempre que se le suministre combustible. Según el Departamento de Energía de los EE.UU., su rendimiento puede ser mayor que el de los motores de combustión, superando un 60% de eficiencia. Asimismo, pueden usar una amplia gama de combustibles y materias primas y tienen menos emisiones en comparación con los motores de combustión. En el caso de utilizar hidrógeno como combustible, el único producto residual es el agua, lo que significa que son ‘cero emisiones’.

De todos los combustibles potenciales para pilas, actualmente existen disposiciones de seguridad establecidas para el diésel marino y el gas natural licuado (GNL), y directrices provisionales para el uso de metanol, pero aún no se han desarrollado para buques que utilicen hidrógeno o amoniaco.

El Subcomité de Transporte de Cargas y Contenedores ha empezado a desarrollar unas directrices para la seguridad de los buques que utilizan hidrógeno como combustible, y el Comité de Seguridad Marítima, en la sesión antes mencionada (MSC 105), le dio luz verde para comenzar los trabajos para los que utilizan amoniaco como combustible.