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El viceprimer ministro de Ucrania, Oleskandr Kubrakov, anunció a finales de febrero la creación de un nuevo fondo para seguros marítimos dotado con 500 millones de dólares para cubrir posibles indemnizaciones por daños causados por la guerra en buques mercantes civiles que operen en sus puertos. El objetivo es asegurar la continuidad de las exportaciones de cereal desde los puertos ucranianos en caso de que la Iniciativa del Mar Negro de Naciones Unidas no se prorrogue a partir de este mes de marzo.

El acuerdo entre Rusia y Ucrania, auspiciado por Turquía y la ONU expira el próximo 18 de marzo. Las autoridades ucranianas quieren negociar una prórroga de un año; que se incluyan otros puertos ucranianos, como el de Mykolaiv, que se sumaría a los tres actuales (Odesa, Chornomorsk y Yuzhny); y que cubra otras materias primas como el acero.

Asimismo, Ucrania quiere reducir al mínimo los retrasos en las inspecciones de los buques con origen o destino en este país, que están ralentizando los tráficos y provocando una disminución en los volúmenes de exportación de grano. Para ello, intentará aumentar el número de equipos de inspección en aguas turcas. También está considerando aumentar el tamaño mínimo de los graneleros de 15.000 tpm hasta 25.000 tpm.

El viceministro Kubrakov declaró a Lloyd’s List que tenía previsto revelar en las próximas semanas los detalles del nuevo fondo y los procedimientos “que esperamos satisfagan a armadores y fletadores”. Fuentes del sector de las aseguradoras defienden que los armadores y cargadores pueden encontrar toda la cobertura que necesitan en este momento. Sin embargo, esta situación cambiará si no se llega a un acuerdo para prorrogar la Iniciativa del Mar Negro.

Sin la cooperación rusa y si dicho acuerdo no se prorroga, el riesgo se multiplicará y será complicado que los buques puedan navegar hacia y desde los puertos ucranianos.

Según datos de BIMCO, las exportaciones marítimas de graneles sólidos desde Ucrania han caído un 77,8% desde el inicio de la invasión rusa. Anteriormente, suponían más de un 10% del transporte mundial de trigo y maíz.