CANARIONA

 

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El Joint Maritime Information Center (JMIC) y UK Maritime Trade Operations (UKMTO) han elevado el nivel de amenaza para la navegación comercial a “significativo” en las aguas del golfo Pérsico, el golfo de Omán y el estrecho de Ormuz, debido a la posibilidad de ataques iraníes o de cualquiera de los grupos apoyados por el gobierno de la República. También advierte a los buques frente al uso de tácticas de guerra electrónica, como el bloqueo de GPS y la suplantación de sistemas AIS, especialmente en las proximidades de Bandar Abbas (Irán).

El estrecho de Ormuz permanece operativo, pese a la resolución del Parlamento iraní el 22 de junio apoyando su cierre. Aun así, el tráfico de buques mercantes ha descendido notablemente pasando de 147 buques registrados el 9 de junio, a 111 registrados el 15 de junio, lo que evidencia una mayor cautela de los armadores ante el aumento del riesgo geopolítico.

Hasta el momento no se han registrado ataques directos a buques mercantes pero entre las distintas amenazas se contemplan:

  • ataques con drones y misiles,
  • minas lapa y minas flotantes,
  • ataques en enjambre de lanchas rápidas de la Guardia Revolucionaria iraní, e
  • incautaciones oportunistas de buques.

Los buques con vínculos, reales o supuestos, con EE.UU., Reino Unido, Francia o Israel se consideran especialmente vulnerables. Existe un riesgo elevado de errores de identificación, especialmente en zonas de alta densidad de tráfico y visibilidad AIS reducida, como las aguas al norte de Dubái y Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos. El uso intensivo de interferencias electrónicas afecta la capacidad de los buques para transmitir su posición y complica la navegación segura.

Las autoridades recomiendan a los armadores y operadores:

  • No desactivar el AIS para reducir el riesgo de colisiones y errores de identificación.
  • Utilizar métodos tradicionales de navegación ante posibles bloqueos de GPS.
  • Seguir rutas supervisadas por coaliciones navales.
  • Realizar evaluaciones de riesgo previas al viaje, especialmente respecto a la titularidad y gestión del buque.
  • Mantener comunicación constante con los centros de operaciones marítimas internacionales y participar en esquemas de reporte voluntario.
  • Preparar planes de contingencia para el bienestar de la tripulación y la respuesta ante emergencias.