Entre enero y agosto de 2025, los contratos para la construcción de nuevos petroleros de productos se redujeron un 86% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta 2,6 millones de toneladas de peso muerto (Mtpm), lo que representa el nivel más bajo desde 2016, según BIMCO. Este descenso contrasta con el auge registrado en 2023 y 2024, que la cartera de pedidos hasta 42,2 Mtpm en noviembre de 2024, el nivel más alto desde 2008, informa Anave.
Desde comienzos de 2025, la cartera se ha reducido un 12% en términos de tonelaje, hasta 37,2 Mtpm, que equivalen a un 19,2% de la flota mundial de petroleros de productos. Por tipos, los buques LR2 suponen una cuota de un 48% de la capacidad contratada, seguidos de los MR (Medium Range) con un 37%, los LR1 (Long Range) con un 13% y los handysize, los buques de menor porte, el 2% restante. Según BIMCO, la caída ha afectado a todos los segmentos.
A pesar de la ralentización en la firma de nuevos contratos, el elevado volumen pendiente de entrega implicará un aumento de incorporaciones de buques de nueva construcción a la flota en los próximos dos años. Este factor podría ejercer presión sobre los fletes y favorecer el reciclaje de buques de mayor edad. La flota actual ha ido envejeciendo desde 2011 y la edad media de los petroleros es de 14 años. Además, un 20% de la capacidad corresponde a unidades con más de 20 años. Tomando como referencia los patrones históricos de desguace, BIMCO estima que el reciclaje podría alcanzar hasta un 10% de la flota mercante operativa.
Asimismo, un 11% de la capacidad en la cartera de pedidos estará lista para operar con combustibles alternativos desde el momento de la entrega, de ellos el 90% podrá operar con GNL y el resto con metanol. Un 22% es ‘ready for retrofitting’, es decir, estará preparado para futuras reconversiones.
Según BIMCO, a corto plazo, la contratación de nuevos petroleros de productos podría mantenerse en niveles bajos debido al elevado volumen de pedidos aún en cartera y a unas perspectivas de demanda limitadas. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo global de productos refinados apenas crecerá en los próximos años y podría alcanzar su máximo en 2027. Se prevé que la progresiva sustitución de coches con motores de combustión por vehículos eléctricos provocará un descenso en la demanda de gasolina y diésel mayor que el crecimiento previsto en el consumo de nafta y combustible para aviación.