Según BIMCO, hasta un 35% de los buques graneleros, petroleros y portacontenedores de la flota mundial podrían verse afectados por las nuevas tasas impuestas por la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), que está previsto que entren en vigor el 14 de octubre.
Estas tasas forman parte de la estrategia estadounidense para reducir la dependencia del sector marítimo respecto a China y controlar su peso en la cadena logística global. Sin embargo, BIMCO no prevé un impacto significativo sobre los fletes, ya que la exposición del mercado estadounidense dentro de cada segmento es limitada.
De acuerdo con el análisis, alrededor de un 70% de los buques potencialmente sujetos a las tasas son operados por o propiedad de armadores chinos, mientras que un 30% han sido construidos en astilleros de dicho país. No obstante, más de la mitad de los buques construidos en China quedarán exentos por su tamaño o por pertenecer a armadores estadounidenses.
Según BIMCO, el segmento de los graneleros es el más expuesto, con un 45% de los buques potencialmente afectados. En el caso de los petroleros y portacontenedores, el porcentaje se reduce a un 30% y un 19%, respectivamente. Aun así, el impacto global será limitado, ya que el comercio marítimo con destino a los EE.UU. solo representa entre el 9% y el 19% de la demanda mundial de transporte por vía marítima en estos sectores.
En el caso de los portacontenedores, la mayoría de los buques afectados por las nuevas tasas serán propiedad de COSCO Shipping Lines y OOCL, además de buques propiedad de bancos de leasing chinos. Pese a ello, las principales navieras han anunciado que no aplicarán recargos y mantendrán sus servicios regulares, con el fin de conservar la competitividad en el mercado estadounidense.
En el caso de los graneleros y petroleros, se espera que los buques afectados reorienten su actividad hacia otros tráficos internacionales, evitando así la pérdida de rentabilidad que supondrían las nuevas tasas. BIMCO considera que esta reconfiguración de rutas permitirá absorber el impacto sin presionar los fletes al alza.
A corto plazo, la organización no descarta cierta incertidumbre operativa o ajustes temporales de precios durante el periodo inicial de aplicación, pero estima que el efecto general sobre las tarifas será marginal.
Con esta medida, la administración estadounidense busca reforzar su política de minimizar los riesgos frente a China en sectores estratégicos como la construcción naval y el transporte marítimo. No obstante, la limitada exposición del mercado estadounidense dentro del comercio marítimo mundial sugiere que las nuevas tasas tendrán un impacto global reducido.