NAVIERA ARMAS

 

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Puertos de Las Palmas y la multinacional Valaris se reunían el pasado mes de noviembre en el seno del comité de seguimiento del acuerdo de cooperación alcanzado en mayo de 2019 en Houston (USA) donde firmaron un memorándum de entendimiento (MOU). Nada permitía presagiar las consecuencias del COVID-19, que comenzaría a afectar a toda la Humanidad justo un mes después, en diciembre del año pasado. 

Esas consecuencias, cinco meses después, ya están sobre la mesa. Expertos internacionales han recomendado en los últimos días en distintos foros la declaración de bancarrota para Valaris, emulando la estrategia financiera recientemente aprobada para Diamond Offshore. Según estos analistas, lo mejor que puede hacer hoy por hoy Valaris es declararse en bancarrota lo antes posible para detener el torrente de pagos de intereses. La compañía está gastando dinero en efectivo a un ritmo muy rápido, y su tamaño es inapropiado para el escenario del sector del oil&gas que se prevé posterior al coronavirus, por lo que se le recomienda utilizar el disponible bajo su línea de crédito y entrar en bancarrota para poder sobrevivir en este negocio.

Los datos del primer trimestre de 2020 constatan pérdidas por valor de 3 mil millones de dólares para esta multinacional. Valaris terminó el primer trimestre con 185 millones en efectivo en el balance general, 225 millones en vencimientos de deuda a corto plazo, algo más de 6 mil millones de deuda a largo plazo y poco más de mil millones disponibles bajo la línea de crédito. La compañía tuvo que depender de la línea de crédito durante el trimestre, ya que tenía solo 97 millones en efectivo a fines de 2019. 

Valaris tiene en estos momentos seis buques perforadores en el Puerto de Las Palmas. Se trata de los DS 6, 11, 5, 3, 7 y 4. Unos, en fondeo; otros, en el dique Reina Sofía. Valaris ha anunciado ya la retirada de los DS 3, 5 y 6. El resto seguirá en situación de cold stacked, apilados en frío a la espera de mejores tiempos para el sector offshore.